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sábado, 13 de febrero de 2010

La presencia paterna en la infancia y la niñez

Las relaciones familiares son vínculos psico-sociales que permiten un desarrollo armónico e integral del niño. Por consecución natural la relación primaria y más estrecha, desde la concepción hasta los 36 meses de vida se vincula con la madre. La persona femenina gesta y acoge al bebé, quien la identifica por la voz, el olor, el sabor, la textura, la temperatura y su rostro. La mamá transmite y otorga satisfactores esenciales de cuidados físicos, afectivos y sociales.

Con respecto a los dos últimos, es ella quien abre la vinculación entre su cónyuge y el bebé a través de actitudes verbales y paralingüísticas conscientes e inconscientes. A ella compete la responsabilidad de esa relación paterno-filial. Bien cabe hacer mención que ella fertiliza el terreno, sin embargo es el padre quien debe asumir esa fertilidad y responsabilizarse por la siembra, siendo la cosecha compartida por ambos padres.

Las relaciones del niño con ambos padres se diferencian en que:
Ø Madre: primaria, amor natural e incondicional
Ø Padre mundo del pensamiento, las herramientas, la justicia (leyes), el orden, la disciplina, el. amor es condicional (por obediencia, aspiraciones, cumplimiento del deber)

La presencia del papá cobra trascendencia consciente para el niño alrededor de la niñez media y se va consolidando por varios años hasta los ocho, aproximadamente. Inicia por reconocerle y asumirle, y poco a poco se fundamenta hasta conformarse psicológica, afectiva, social y espiritualmente.

La presencia física, psicológica, social y espiritual del padre, consolida la estructura familiar, y es necesaria para el niño. Específicamente en las niñas remarca la diferenciación psicosexual y en el niño la identidad de su propio sexo.

El padre vincula al hijo con el mundo ambiental, otorgándole percepción de seguridad, sentido de competencia (desarrollo capacidades y medir fuerzas con respecto a otros); también y más importante, amor, admiración, identificación.

El niño de 3 a 6 años cobra conciencia de sí reconociendo la agresión, la motivación de logro de dominio, la curiosidad sexual. Estos temas son del conocimiento del padre, quien es el indicado para enseñarlos, sin importar el sexo de los niños.

La función paterna conlleva varios aspectos: sustento y posición moral, imagen de respeto, seguridad. Es una figura psicosexual a quien el hijo admira y ama.

Especificando las funciones del padre, hay cuatro principales:

Biológica

La concepción, al aportar el cromosoma que define el sexo del nuevo ser (X o Y).


Física

Proveedor de alimento, vestido, lugar de vivienda, salud desde el embarazo con el cuidado y protección a la madre y del bebé en sí.

Comparte los cuidados físicos del bebé, al lado de la mamá.

Afectiva

El papá debe asumir, en su ser, que su presencia solidaria e integrada es crucial para su hijo. Que la identificación que el niño adquirirá a través suyo es más que imagen e imitación, es gran parte del desarrollo integral de su vida.

La estabilidad de conducta ejemplo transmite, directamente, seguridad al niño.

Los límites que enseña, permiten que el niño logre una adecuada separación entre su mundo interior (pensamientos, creencias, sueños, fantasías, ideas) y su mundo exterior (el ambiente que le rodea).

Ayuda al hijo al educarle en el control de sus impulsos enviándole mensajes positivos y evitando etiquetarlo como malo.

Otorga pasos firmes para desarrollar la confianza del hijo.

El padre es el fuerte, el poderoso, "el gran varón", el protector, en la vida del niño.

El amor, la autoridad y la firmeza es una triada crucial que el padre transmite.

Erikson afirma que el padre ayuda al desarrollo del sentido de realidad, a la posibilidad de discrepancia y juicio de opiniones, refuerza la educación al establecer límites, disciplina, consecuencias positivas y negativas.

Todo lo anterior, el niño lo va internalizando, haciendo suyo, y reflejando en conductas específicas.

El niño logra sentirse seguro interior y exteriormente, conformando su autoestima, su imagen corporal, su desarrollo social y su asertividad.

Si lo anterior falta, puede generar en el niño sentimientos de abandono y soledad.

Social

El padre representa valores y normatividad intra e interpersonalmente hacia el niño. Es el encargado de exigir el orden con el cumplimiento de leyes al interior del hogar, así como en el entorno socio-cultural, no sólo solicitando que se cumplan, sino siendo ejemplo.

Lo anterior puede evitar conductas antisociales de los hijos.

La habilidad del niño para comprender el mundo fuera del hogar, planear su futuro y manejar adecuadamente sus crisis, depende en gran medida, de la presencia del padre.

Por otra parte, la ausencia del padre-varón afecta negativamente dejando repercusiones afectivas de abandono a cualquier edad. Además puede conllevar desventajas en el desarrollo del niño en aspectos como: sentimientos de inferioridad, baja creatividad, desarrollo lento del lenguaje (más en niños que en niñas) según el investigador J. Santock. La afección más profunda en los niños se debe, sobre todo, durante la segunda niñez, a que es en esta etapa cuando se capta y asume el género y los roles sociales, siendo que si papá no está, se dificultan dichas identificaciones por su ausencia. En las niñas puede impactar más superficialmente debido a que la figura materna (femenina) se encuentra presente.

La ausencia paterna puede desencadenar:
Ø Dificultad para adaptarse al medio
Ø Angustia que puede generar enfermedades o desórdenes psíquicos
Ø Inseguridad
Ø Rechazo
Ø Desconfianza en otras relaciones gestadas por el niño (como varón, esposo y/o padre)
Ø Dependencia, extrema, de la madre
Ø Poca tolerancia a la frustración e intolerancia en la demora búsqueda de satisfactores
Ø Bajo juicio moral, con respecto al cumplimiento de las normas sociales y éticas
Ø Sentimientos de culpa
Ø En casos extremos, tendencias homo o bisexuales
Ø Fallas en la cognición
Ø Menor habilidad en el desarrollo del juego
Ø Desconocen el modelo natural de integración familiar
Ø Hostilidad en las relaciones interpersonales
Ø Se prolonga el egocentrismo

Con base en lo anterior, se puede concluir que la ausencia paterna influye profundamente en el desarrollo integral de cualquier niño, siendo éste proclive a presentar consecuencias de algún tipo, sin embargo esto no debe ser determinante para el niño, ya que puede solucionarse conforme su desarrollo avanza.

Es interesante mencionar que se ha observado que los varones preescolares, sin padre, son menos agresivos, más dependientes, patrones femeninos de comportamiento en relación a intereses y juegos. Para el caso de las niñas de preescolar pueden presentar menor desarrollo de habilidades sociales y menor confianza para interactuar con varones.
Por último, cabe mencionar que ante la ausencia paterna, otro varón, bien sea abuelo tío, primo, docente, etc., puede fungir como imagen de identificación

Fuentes
ERIKSON, Erik., Infancia y sociedad., Buenos Aires, 1987.
KINDLON, Dan y THOMPSON, Michael., Educando a Caín: cómo proteger la vida emocional del varón., Madrid., Ed. Atlántida., 2000., 350 p.
MAIER, Henry., Tres teorías sobre el desarrollo del niño: Erikson, Piaget y Sears., Buenos Aires, Ed. Amorrortu., 1991., 358 p.
MEECE, Judith L., Desarrollo del niño y del adolescente para educadores., México., Ed. Mc Graw Hill., 2000., 394 p.
PAPALIA, Diane E.; WENDKOS OLDS, Sally; DUSKIN FELDMAN, Ruth., Desarrollo Humano., México., Ed. Mc Graw Hill., 2004., 785 p.
SANTROCK, John W., Infancia., España, Ed. Mc Graw Hill., 2003., 556 p.
WALLON, Henri., La evolución psicológica del niño., Barcelona., Ed. Crítica., 2000., 178 p.


Nota técnica elaborada por Itziar Zubillaga Ruenes
enero 2006

1 comentario:

  1. La presencia del papá es para el hijo una imagen profunda de comportamiento y parámetros de actuar. El padre muestra, en gran medida, el ejercicio ético en la vida.

    Cuando el padre no se encuentra presente, es necesario buscar que un varón ejemplifique al niño lo propio de la masculinidad.

    Itziar Zubillaga

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