Me pregunto como educador y adulto que intenta comprender los razonamientos de los niños, sus intereses y su modo de entender la vida; ¿ Quién educa a quién?.
A mi modo de ver el niño es el maestro de la verdad de la inocencia, si es su verdad y se debe tener presente y con sus preguntas incesantes de todo lo que le transmitimos y ve, nos permite abrir la mente más allá de los preceptos que pretendemos enseñar como únicos e incuestionables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario